Entrevista con Alejandro Arderíus
DIRECTOR GENERAL DE SULO IBÉRICA
¿Puede hablarnos de su trayectoria?
Estudié Administración de Empresas en la Universidad Complutense de Madrid y, tras un breve período en la empresa alemana Beiersdorf Nivea, comencé mi carrera en el Grupo a los 26 años.
¿Cuánto tiempo lleva trabajando en SULO?
Llevo 30 años trabajando en el Grupo SULO, 16 años como Director General de SULO Ibérica y 4 años como responsable de la Zona Hispana.
¿Cuántas personas componen el equipo de SULO Ibérica?
Actualmente somos unas 215 personas.
¿Cuál era su “relación“ con el Ayuntamiento de Madrid antes del cambio ECO?
Excelente, el Ayuntamiento de Madrid es un viejo cliente de SULO Ibérica. Nuestra relación comenzó en 1984 y desde entonces siempre hemos tenido una relación de mucha confianza, independientemente del signo político en el gobierno.
¿Cuándo tuvo la idea de proponer el cambio al contenedor ECO?
Cuando el grupo estaba avanzando en la implantación del reciclaje y cuando se introdujo el objetivo de “racionalizar las gamas“ a través del Project One.
¿Cuántas reuniones tuvo que convocar para convencer a los representantes de Madrid?
Hubo muchas reuniones, pero todo fue rápido porque la idea fue bien recibida desde el principio.Sin embargo, también hubo que superar algunas dificultades.
¿Estaba usted seguro desde el principio de que Madrid estaría de acuerdo?
No siempre, porque aunque los beneficios medioambientales y de imagen para el municipio eran claros, el color de los contenedores en Madrid ha sido gris claro y amarillo durante casi 35 años.
¿Cuáles fueron los obstáculos durante el proceso?
Como se ha mencionado, uno de los obstáculos era el color histórico de los contenedores. Y también estábamos un poco inseguros de cómo podrían reaccionar los ciudadanos.
¿Cuál cree que fue la motivación decisiva para que Madrid llevara a cabo el cambio?
La importante mejora para el medio ambiente que supone el cumplimiento de las normas de la economía circular: los nuevos contenedores se fabrican a partir de los antiguos, que ahora se reutilizan por completo al final de su ciclo de vida.
¿Qué cambios puede notar ahora?
La imagen de la ciudad se ha vuelto más moderna. El color se integra muy bien y podemos estar orgullosos de que una iniciativa de SULO sea muy visible y mejore el entorno.
¿Cómo reaccionaron los madrileños?
Los ciudadanos no se ven afectados por el cambio y han aceptado el cambio de color como algo natural. No hemos tenido conocimiento de ninguna queja al respecto.
«Y estamos especialmente satisfechos
de que la ciudad de Madrid sea ahora
un modelo de economía circular.»
¿Qué es lo más importante para usted de todo el proyecto?
Hemos contribuido a la mejora medioambiental de nuestra ciudad y hemos conseguido un beneficio económico para SULO. Y estamos especialmente satisfechos de que la ciudad de Madrid sea ahora un modelo de economía circular.
¿Sobre qué puntos ha sido escéptico?
Siempre he creído en el proyecto. La única duda era si la mejora medioambiental bastaría como argumento para superar una vieja costumbre. Y así fue.
«La ciudad del futuro será inteligente
y sostenible, de eso no hay duda.»
¿Qué piensa usted personalmente sobre cómo debería ser la “ciudad del futuro“?
La ciudad del futuro será inteligente y sostenible, de eso no hay duda. En concreto, creo que todo girará en torno a la identificación del productor de residuos, porque esa es la base para un pago justo, a medida que se tira, pago por vertido, y también sobre un mejor conocimiento del comportamiento de los ciudadanos. El diálogo con el ciudadano será cada vez más importante.
¿Cómo puede SULO y todos nosotros contribuir a mejorar la calidad de vida en las ciudades?
Siguiendo nuestro propio lema y siendo conscientes de que somos parte de la solución para “convertir los residuos de hoy en los recursos del mañana“.
¿Cuáles son los grandes cambios para el futuro?
Creo que la visión de la sostenibilidad y las “ciudades inteligentes“ superarán el estatus de teoría y se convertirán en una realidad tangible y económicamente gestionable. La economía circular es un buen ejemplo del potencial, porque por primera vez, atender las necesidades ambientales está generando beneficios económicos. Esto marca el fin de la época en la que la protección del medio ambiente era sólo un fenómeno de los países más ricos.
¿Qué aspectos de este proyecto nos acercan a nuestro objetivo de un “mundo sin residuos“?
El uso del reciclaje para fabricar nuevos contenedores a partir de los antiguos es un gran paso para lograr este objetivo. Y lo paradójico y significativo es que estamos reduciendo los residuos a la vez que fabricamos productos que sirven para reciclar todo tipo de materiales. Economía circular en estado puro.
Por favor, añada 3 impresiones personales que le gustaría destacar:
- Nada es imposible y no podemos dar por hecho que el cliente nos dirá no.
- Es posible combinar los objetivos medioambientales con los de rentabilidad.
- En estos tiempos de cambio, el escepticismo por sistema es un gran error.
Señor Aderíus, muchas gracias por hablar con nosotros!
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